La marca Shanna no se ajusta a dos grandes temporadas como la mayoría, sino que privilegia la aparición de nuevos modelos en función de la llegada de materiales y tejidos seleccionados con cariño en París, los cuales se incorporan a la colección cada tres semanas. La fuerza del concepto radica en sus series muy limitadas (como máximo cincuenta ejemplares por modelo, repartidos por los diversos establecimientos) y en la frecuencia de aparición de las novedades que se ofrecen en los puntos de venta.
La marca se desenvuelve basándose en valores como la pasión por el oficio, la ética profesional y el gusto por el trabajo bien hecho. Se desmarca por su calidad superior, su originalidad y su cuidadísimo acabado. En el caso de los fulares, el modelo estrella es la unión de cuatro cuadrados de tejido realzados por flecos, satén, lana… La asociación de colores y motivos, junto con la combinación de estampados y materiales, ofrece un resultado verdaderamente llamativo.
Recién creados, los fulares van de boca en boca entre los especialistas de la moda. Los Shanna aparecen por todos lados y realzan los looks más sencillos. Otros modelos más cálidos, más llenos de color, así como ediciones especiales enriquecen la colección según las tendencias y las temporadas.